sábado, 31 de diciembre de 2011

Fin de año.


Quizá es demasiado típico esto que voy a hacer... Pero lo cierto es que tengo ganas de echar la mirada atrás y ver como ha sido mi año, nuestro año.

La primera palabra que surge ante mi balance del año es “sorprendente”. 2011 ha sido un año sorprendente, curioso, movidito. En algunos momentos ha sido muy duro, en otros desconcertante. Divertido, intenso, excitante, lleno de descubrimientos: algunos buenos, otros muuuuy buenos y, como no podía ser de otra manera, malos y horribles.

Por fin he llegado a la conclusión de que no soy la madre de nadie. Me he relajado ante las decisiones de los demás asumiendo que la gente es libre hasta para equivocarse.
He sentido el amor de mis amigos, los de verdad, aquellos que siempre están aunque me tire meses sin llamarlos (xq soy un puto desastre). Me he dado cuenta que los conocidos muchas veces no pasan de ahí y, aunque la gente intente disfrazar un interés lúdico por algo más profundo hay que ser listo y desechar aquello que no nos vale.

He fortalecido mi relación con Edu a base de palos (y no seais mal pensados). Le quiero de una forma, quizá, menos “salvaje”, más calmada pero mucho más profunda.
Por fin he sentido que es cierto aquello de que “sólo se puede dar y prestar lo que es de uno mismo”. Y, aún que nunca hemos sido una pareja excesivamente celosa, hemos aprendido a respetar y compartir.

Aprendí que las relaciones humanas no son algo predifinido, que no todo tiene un nombre concreto. Que yo no sé si practico o no BDSM, si soy o no sumisa. Pero sólo sé que mis ganas de disfrutar de la vida pueden con las ideas precondebidas que mi familia, la sociedad y todo lo que me rodea me ha metido en el coco desde que tengo uso de razón.

Ha sido un año duro económicamente hablando. Son muchos millones de parados los que hay ahora mismo en España y, claro está, en nuestras familias no hay excepciones.
He visto a mi sobrinillo crecer y entender que los niños no son un capricho, sino un cambio de vida que, si Dios quiere, algún día experimentaré en mi misma.

También he visto como la fecha de nuestra boda se va acercando poco a poco (sólo 3 meses y medio quedan). He visto a mi hermana emocionada mientras que yo me probaba un vestido de novia. He disfrutado/sufrido con los preparativos de la boda tomando decisiones que parecen super importantes (¿la mesa de los novios alargada o redonda? ¿Las invitaciones en color marfil o en un beige clarito?) sabiendo que realmente son una chorrada.

Y he conocido a Miguel, quizá una de las cosas que más me han sorprendido del año. Mira que siempre me pareció un tipo cojonudo, pero cada vez me parece más majo, buena persona y (aunque pueda parecer mentira) pervertido y sádico (ays, con lo mucho que me gusta a mi eso). Acoplarte a una persona nueva siempre hace que te des cuenta de como puedes reinventarte de nuevo para pasasr a ser, no una persona diferente, pero sí otra más interesante y tolerante. A él tengo mucho que agradecerle en este año que se acaba (entre otras cosas muchas de las últimas fotos de este, nuestro blog). Por que como Dominante es bueno, pero como Amigo... como Amigo es alucinante.

Sólo espero que este año que entre sea, al menos, tan interesante y entretenido como este que vamos a dejar en unas pocas horas... con más trabajo, a poder ser, pero tan divertido al menos.

LauraM.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Agujas




Espero que os guste, ya sabéis que no soy mucho de escribir :)

lunes, 12 de diciembre de 2011

El interrogatorio.


Podría seguir hablando de la experiencia con Scott, pero creo que sería ya ser algo cansina. Os dejo esta foto hecha por Srta Gould en el Nido. Poder ver lo que pasa desde fuera y como se ve algo vivido desde dentro es alucinante, gracias a la fotógrafa por haberlo hecho posible (la foto me parece genial). LauraM.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tan sólo una foto.


El tiempo pasa casi sin darnos cuenta. El tiempo pasa y, a veces, sólo el recuerdo hace visible lo que fue (y lo que será). El tiempo pasa siempre, pero mucho más rápido cuando estamos en manos de buena gente. Ultimamente mis semanas las siento como días, mis meses como suspiros. El último año sólo ha sido un sueño (un agradable sueño) lleno de realidades.

Una fotografía no deja de ser una captura de una realidad, un momento de tu historia congelado. Si tú eres el protagonista de la foto eres capaz de recordar como olía el lugar, qué sonidos había a tu alrededor, que sentías en ese mismo momento. Por eso me gustan las fotos, por eso me gusta poder captar momentos con un móvil (que siempre se tiene a mano). Y no olvidaré lo hablado, lo sentido, lo vivido. No olvidaré la mano que sujetaba, los pies que acariciaban, la voz que me susurraba. No olvidaré la pinza, ni la hebilla. Tampoco olvidaré las explicaciones de xq ahora sí y antes creía que no, ni a los pilotos y sus quejas. Esta foto siempre me recordará todo esto, xq esta foto ha sido, pero también me recordará que será.