miércoles, 14 de marzo de 2012

La cuenta atrás.

Sólo un mes. Y sí, estoy muy nerviosa. No nerviosa en plan: ay, que no sé si elegí bien el vestido, si el restaurante irá bien o si no me fallará ningún invitado. No, esas son preocupaciones tontunillas.

Estoy nerviosa porque estamos tomando una decisión muy importante. Sé que, hace unas décadas, casarse era el paso lógico cuando encontrabas a la persona adecuada. Te casabas, os ibais a vivir juntos, se tenían niños, etc, etc. Pero ahora ya no es así. No es necesario casarse para compartir una vida, ni para comprarte un piso, ni vivir en pareja ni tener nenes. Ya no es necesario para nada.

No os voy a contar cuales son mis creencias religilosas en cuanto al matrimonio xq no viene al cuento ni es el sitio adecuado, pero quizá si es el momento de hablar de las personales.

Conocí a Squares un 13 de enero de hace 6 años. Me contactó por ClubSumisión con un mensaje de los más sencillito y sin picardía: era un chico joven al que le interesaba esto del BDSM y quería charlar con gente xq no tenía experiencia ninguna. Yo no solía tratar con gente de mi edad en esto del BDSM (tenía 20 años) pero, por un milagro de la vida, acepté y nos agregamos al msn.
Hablamos todos los días durante unas semanas e, incluso, nos llamamos por teléfono. Y digo incluso xq Edu ODIA hablar por teléfono. Tengo una imagen guardada... Yo sentada en el suelo de moqueta gris oscura azulada de mi habitación de por entonces, con la espalda apoyada en el armario y con el inalámbrico blanco en la mano charlando de tonterías con él.

Decidimos conocernos, sólo vivíamos a 50 km. Quedamos un viernes por la tarde. Yo curraba en un estudio de tatuajes y piercing en mi pueblo. Guardo tantos recuerdos de aquel día que podría llenar medio blog sólo con aquellas cosas... Pero resumiré. Cenamos, charlamos. Él me habló de coches y fútbol, yo le aguanté como pude. En el coche me puso al Chivi, una cosa romántica y bonita. Yo le enseñé mi mazmorra (vivía sola y tenía una mazmorrita, sí). Sentados en la cama, con los juguetes en la mano yo sólo pensaba: pero este chico ¿se piensa lanzar?

No se lanzó. Cuando volvimos a hablar por msn le pregunté si yo no le había gustado. Cuando me dijo que sí, claro, pero que no pensaba que una chica como yo querría nada con él. Creo que ahí empecé a enamorarme. Volvimos a quedar a las dos semanas y... bueno, me lancé yo.

Lo siguiente ya sí que lo tengo mucho más difuso. Venía mucho por casa, yo dejé de tener "amigos" aparte, no los necesitaba. Él dejó de ver también a su amiguita... Y nos enamoramos. Yo no me lo creía, creo que ninguno de los dos nos los creíamos. Habíamos encontrado a nuestra media naranja con 20 y 21 años. A los 3 meses de relación hablamos de vivir juntos, a los 7 meses lo hicimos.

Han pasado muchas cosas en medio, momento mágicos, algunos menos mágicos y otros pocos dolorosos. Pero siempre hemos estado juntos. Nunca hemos necesitado unos días de descanso, nunca nos hemos planteado dejar la relación. Somos el uno para el otro para siempre.

El amor pasional dejó paso a un amor mucho más real y asentado. Nos desprendimos de nosotros mismos y, en su momento, también aprendimos a desprendernos del otro. Llegamos a la conclusión que sólo aquello que te pertenece 100% puede ser dejado a otras personas sin que pase nada.

Sin planificarlo la relación se abrió con una naturalidad pasmosa, con una armonía sobrecogedora. Pero esta es otra historia.

Hace dos años decidimos casarnos. Nunca hubo pedida de mano ni regalo de anillos (algo que le recordaré eternamente). Pero lo decidimos y ahora, a 14 de Marzo, nos quedan 30 días, un mes, para casarnos. Los que no creéis en el matrimonio pensareis que es una gilipollez, bla, bla, bla. Sé de unos amigos que se han casado dos veces y separado las mismas que me dirían ahora mismo que es algo precioso. Bueno, sólo sé que necesito "formalizar" ante los ojos de Dios y de los humanos que lo que siento por Edu es lo más increíble y alucinante que me ha pasado nunca. Que hay mañanas que me despierto y pienso ¿cómo es posible que esta preciosidad de muchacho esté conmigo? ¿Cómo puede ser que me aguante, me quiera, me cuide de esta manera? Y muchas veces lloro de lo flipada que me quedo.

La nuestra es una historia real llena de Amor, perversión, disfrute y diversión. Es una historia dónde los sueños y las realidades se unen todos los días para formar nuestro caminito, nuestra vida en común.

¿Cómo no voy a estar nerviosa si me voy a casar con el tipo más increíble con el que me he topado?

Y ya sólo queda un mes...