miércoles, 10 de octubre de 2012

Deseos en soledad



A veces me sorprendo a mi misma mordiéndome el labio inferior con fuerza mientras mis manos corren a manosear mis tetas con energía. Cuando el deseo aparece y estás sola en casa sólo puedes fantasear y disfrutar de tu propio cuerpo como si no hubiera mañana.

Otras veces, y cuando las marcas lo permiten, recuerdo los momentos vividos mientras toco y presiono mi cuerpo magullado. Muchas veces pienso que la mitad de los recuerdos me los invento, o simplemente los dignifico demasiado. Da igual, son mios, sacados de mi cabeza (inventados o recordados). 

Pero el deseo aparece demasiado a menudo cuando disfruto de la soledad impuesta, cuando sólo yo soy testigo de mis más bajos instintos. En esos momentos es cuando me permito ser más depravada que nunca y dejarme llevar. 


LauraM.