domingo, 6 de noviembre de 2011

Scott en el Nido.

Quizá es demasiado pronto para escribir... es muy probable que me guie más por mi sensibilidad que por mi razocinio.

Han sido unos días intensos. Llevo semanas dándole vueltas a los cursos de Scott (aquí teneis su página por si quereis cotillear http://www.onewithknots.com/). Scott iba a dar 4 cursos en el Nido, en Barcelona y yo tenía que ir a Barcelona a encargar mi vestido de novia... Vamos, que tenía una excusa perfecta para poder escaparme y matar unos cuantos pájaros de un sólo tiro.
Cuando Josep anunció por facebook los talleres pidió voluntarios para ser bottom del Sr Smith. Vamos, lo que viene a ser una modelo que se deje putear para que los demás aprendan como putear a otros pobres incautos. Los talleres eran 4: Spank, asfixia, puntos de presión e interrogatorio. De los dos primeros tengo bastante experiencia y aguante, con lo que no me llamaban demasiado la atención pero los otros dos... Pues ya era harina de otro costal. Pero me presenté voluntaria para cualquiera de ellos y dejé a Scott que decidiera él.

Antes de subir hacia Barcelona estuvo en Madrid y quiso que nos conocieramos en persona para poder charlar. Gracias eternas a Miguel que me acompañó y me estuvo traduciendo de maravilla. Me pareció un tipo encantador, bruto como él solo y con mucha experiencia e idea. Se centró en interrogatorios y así lo decidimos: sería su bottom en ese taller.

Esto fue hace unas semanas y desde entonces no he hecho otra cosa que darle vueltas al asunto. No me imaginaba qué sería lo que haría conmigo, como me sentiría... De verdad, me dan mucho miedo las cosas nuevas y más cuando no sé como van a ser.

Cuando me acostaba en la cama por la noche le daba vueltas y más vueltas ¿Que me va a preguntar, que espera de mi? Encima Miguel jugaba a despistarme, cosa que me puso mucho más nerviosa.

Unos días antes del día del taller me mandó un correo pidiendome 10 preguntas a mi. Me pedía preguntas relativamente sencillas, que no me comprometieran demasiado y otras que me resultaran complicadas de responder pero sin poner mi "integridad en peligro". Me costó muchísimo pensar qué cosas podría poner... Me he dado cuenta que me da un poco lo mismo que la gente sepa mis intimidades. Que no las voy contando si no viene a cuento, pero que llegado el caso me da igual.

El día de antes le mandé las preguntas y mis nervios iban creciendo. Miguel seguía sin ayudar demasiado (me vengaré). Pero al menos estuve entretenida, con lo que el tiempo pasó volando. Cuando me quise dar cuenta había llegado el día H y la hora X. Primero asistimos al taller de Puntos de presión... Interesante lo que se puede hacer en un cuerpo usando sólo las manos. Puntos dolorosos, muy dolorosos e insoportables, todos ellos maravillosos para doblegar voluntades y hacer disfrutar/sufrir a cualquier sumisillo incauto.

Y por fin mi turno. Podría resumirlo todo en que no era lo que yo esperaba... Pero también eso era lo esperado. Me imaginé que me darían una somanta de leches y que dudarían de todo lo que yo dijera... igual no era la idea, claro. Por lo visto, y por lo que me han contado más tardes, Scott no quería hacerme nada a lo que yo estuviera habituada (tiene toda la lógica del mundo) y quería despistarme. El problema fue que yo contesté a todo (mintiendo en cosas, claro, sólo que no hicieron el intento de sacarme la verdad) y eso le sorprendió un poco.

El final fue bastante... mmmmm no se me ocurre como calificarlo. Le había pedido que no usara electricidad conmigo así que decidió "jugar" con agua y la asfixia. No voy a contar qué es lo que me hizo exactamente, xq me parece demasiado arriesgado dar ideas y que las cosas no salgan bien, pero reconozco que es de las cosas más ansgustiosas que he sentido. No, no fue lo que yo esperaba. Pero es más divertido e interesante cuando las cosas no te salen como tenías tú planeado.

Y me he preguntado ¿Volvería a repetir? ¿Me gustaría sentir una experiencia traumática de verdad, dura y angustiosa? Y lo peor de todo es que la respuesta es sí. Y me asusta un poco... Porque una cosa es que me guste que me azoten o que me pongan chinchetas (que en el fondo es sólo dolor sin más) y otra es algo así.

Hay otra cosa realmente curiosa. La experiencia de ayer con el agua me pareció muy dura, algo para recordar durante mucho tiempo... Me cuenta Miguel que la primera vez que me lo hicieron Scott me sujetaba y su mujer me echaba el agua. Yo estaba más tranquila (al menos al principio) xq no sabía que me iba a pasar. Después de unos segundos el agua cesó y yo pude respirar. Le preguntaron a Miguel si sería capaz de volver a aguantarlo y él, que ya me va conociendo bastante, dijo que sí. La segunda vez, evidentemente, no me dejé hacer ya que sabía lo que se me venía encima. Scott no volvió a preguntar si se podía repetir la operación y Miguel me dice que él hubiera dicho que no. Y yo... yo simplemente puedo pensar que los demás me conocen casi mejor que yo misma. Pero si Miguel hubiera dicho que sí o si Scott hubiera actuado libremente a mi no me hubiera parecido mal (aunque considero que con dos veces es más que suficiente). Es decir: confio plenamente en los demás, deposito toda mi confianza. Y, aunque se hubieran equivocado (cosa que no pasó), siempre pensaría que estaba bien hecho.

Me estoy enrollando lo que no está escrito, lo siento. Siempre intento resumir lo máximo posible, pero hoy me es imposible. Seguiría escribiendo y escribiendo, pero creo que ya sería desnudarme demasiado (¿más? sí, más).