sábado, 9 de abril de 2011

Con la llegada del calor llegan las ganas de hacer cosas. Todos sabemos que es así y, año tras año, sufrimos las consecuencias de más horas de sol, la menor necesidad de llevar tanta ropa y las ganas de salir a disfrutar de la vida.

No puedo decir que sea una mujer de campo, porque os estaría engañando, pero me gusta poder mirar por mi ventana y ver todo ese verde, esa vida que crece. Me gusta escuchar a los pájaros canturrear, el ruidillo de las cigüeñas cuando pasar cerca, el sol reflejado en tantas plantas y árboles. Me da fuerzas para querer no parar, para seguir y seguir bien.

Y yo, ahora mismo, me siento como toda esa naturaleza que explota. Me siento super feliz, realizada conmigo misma, con Eduardo, con mi naturaleza de mujer.
Estamos bien porque sabemos que nos queremos hacer felices.

Y parte de este bienestar reside en nuestra indiferencia hacia las opiniones de los demás. Somos conscientes que no hay dos relaciones iguales, y menos en BDSM. Bien, partiendo de esa base todo debería de ser sencillo. Para nosotros, ahora, ya lo es. Quizá seamos algo kinkis... Jejeje pero eso lo desarrolaré otro día.

Están siendo unos buenos días para nosotros, que así siga.

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