miércoles, 16 de septiembre de 2009

Fantasías en horas de trabajo

Al cabo del día te tengo muchas veces en la cabeza, querido. Me da pena ese beso de despedida rápido de por las mañanas, sabiendo que hasta la noche no nos veremos.
En el trabajo... bueno, pienso en ti, en tu cara, en las ganas que te tengo, en que ojalá al llegar la noche tengamos ganas el uno del otro.
Imagino que te pediría, que te daría. Pienso en situaciones excitantes, en posturas concretas, en mucho sexo, en látigos, en ropa fetichista, en amigos y amigas imaginarios con los que satisfacemos todas nuestras fantasías.
Pero ante todo pienso en ti, en ti como hombre, como Mi Hombre. Deseo sentir tus manos fuertes, apretándome, haciéndome sentir lo que nuestras mentes ya saben: que sólo soy tuya por y para Siempre.

Pero la noche llega y nuestros cuerpos y nuestras mentes llegan agotadas. Sé que esto es pasajero, y por eso no me preocupa esos besos cariñosos de buenas noches mientras cada uno se da la vuelta en la cama para coger la postura.
A veces el deseo me dice: ataca, demuestra las ganas que tienes... Pero miro el reloj, hago recuento de las fuerzas que tengo... y todo se queda en nada cuando escucho tus primeros ronquidos... bueno, bueno, tu respiración fuerte, perdona.

Pero... no pasa nada, xq estás, que es lo que importa. Y las pasiones volverán en cuanto todo se calme ¿verdad?

TE quiero.
LauraM.

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